Por muchos siglos, era imposible archivar música. Hoy parece inverosímil eso de que la música solo se podía escuchar en vivo, y que se reproducía de boca en boca, al cantar las mismas canciones, pero así funcionó la humanidad desde que asimiló la música como uno de sus principales productos culturales. Sin embargo, eso fue cambiando con la llegada del cine sonoro y de la radio, y es por eso que la música poco a poco fue llegando a cada hogar durante el siglo XX.
Pero, ¿qué dispositivos introdujeron estos cambios? Todos aquellos que llegaron al hogar e irrumpieron para reproducir una y otra vez las canciones.
El vinil
Por varias décadas, el vinil era el tipo de música predominante. Los discos de vinilo vinieron en diferentes presentaciones: primero para gramófono y luego para tocadiscos, y también, según sus revoluciones por minuto, lo que les permitía traer diferentes canciones por ambas caras o solo un lado.
¿Compact disc o cassette?
Muchos piensan que entre los discos de vinilo y el CD o compact disc, no hubo nada. Pero aún hoy es posible ver los cassettes activos. Y es que los cassettes fueron la primera muestra de que era posible volver a la música algo portátil, sin que eso implicase usar un radio de pilas. A través de los populares walkmans, desde periodistas hasta músicos profesionales hicieron valer todas sus creaciones, solo rebobinando la cinta de un cassette que se reproducía tranquilamente en su walkman o en su radio reproductor.
Pero naturalmente, el cambio definitivo llegó a través del CD, que implicó no solo una reducción considerable en el tamaño de la música, sino su digitalización. Ahora la música no era un producto meramente analógico, sino también digital y eso implicó una mejora en el sonido. Además, el CD no fue reñido con la portabilidad, pues rápidamente surgieron los discmans para este fin. En el camino quedaron otros dispositivos, como el cassette digital o el minidisc, que sirvieron para diferentes grupos sociales, pero no se consolidaron a gran escala.
Dejar una respuesta